ALCARRÀS

 

alcarras.jpgSé que mi opinión sobre esta película puede molestar a algunas personas, a una particularmente si llega a leer mis comentarios, pero tengo que ser fiel a uno de mis pocos principios que es el de decir siempre lo que pienso sobre la literatura y el cine.

Digo esto porque Alcarràs no me parece cine. No es cine de ficción, se queda en un colorido documental. Cae en el peligro del hiperrealismo, a falta de argumento quedarse en realismo puro y duro. Me recuerda la pretención de Borges de hacer un mapa a escala 1:1 para cubrir el mundo, el resultado no sería una imagen cartográfica sino el mundo mismo.

Si colocamos una cámara encima de una sala de partos o de cualquier otro lugar donde se desarrolle un suceso no estamos haciendo cine, estamos registrando un hecho. Si después descubrimos que el ginecólogo no es médico sino un actor no profesional y que la parturienta tampoco lo es y las enfermeras son extras, no cambia en nada la situación, sigue sin ser cine. Si la cámara persigue al supuesto médico y nos enseña los problemas que tiene en su casa y hace lo mismo con la madre y la vemos amamanar a su bebé, tampoco cambia en nada la clasificación de la película como documental. Es lo que pasa en Alcarràs. Si la cámara se hubiese llevado al campo murciano veríamos cómo los campesinos luchan por el agua de la misma manera que los de Cataluña luchan por la propiedad de las tierras y los precios de sus productos.

Grandes directores han hecho películas hiperrealistas como Alcarràs consideradas obras de arte, tenemos por ejemplo a Michael Haneke con su película “Amor” (2012) galardonada con la Palma de Oro de Cannes  y un Oscar a la mejor película extranjera. Supongo que consideraron virtudes extra cinematográficas para otorgar estos premios porque para mí la película del cineasta austriaco es un buen documental para proyectarlo en un curso de gerontología pero no para el público que va a las salas buscando arte visual.  

En cuanto a técnica cinematográfica Alcarràs me parece perfecta, se desarrolla sin interrupciones ni deja vacíos sin explicación, es un viaje sin turbulencias por el alma de gente sencilla del campo catalán. La cinta dura 120 minutos y hay una tendencia permanente a tratar de equiparar el tiempo virtual de la película con el real del espectador, así, si en recoger melocotones enuna cesta se tarda diez minutos, en la pantalla se agotan los diez minutos reales del espectador, cosa que hace que la película se ralentice y pierda la tensión propia de cualquier secuencia.

La fotografía de Daniela Cajías es lo mejor que tiene, vibrante, colorida, como es realmente la naturaleza, sin sofisticaciones ni efectos de luz. Carla Simón es una directora experimentada. Desde su primer corto titulado “Home” (2012) que fue cine experimental hasta la que nos ocupa han sido diez años de casi una cinta al año. En este film concretamente me parece que se debe felicitar principalmente al montador/a por su trabajo que creo debe haber sido casi tan importante como la dirección, aunque no aparezca en los créditos.

En resumen, no es una película que atraiga a un público que busca creatividad en cualquier obra de arte y creo que muchos espectadores se verán decepcionados después de ir al cine esperando ver las promesas que le han hecho tantas críticas elogiosas y comprobar que se trata de un documental naturalista, aunque bien hecho.

(Leopoldo de Trazegnies Granda. Sevilla, 2023)

 

TÍTULO ORIGINAL: ALCARRÀS

Año 2022

Duración 120 min.

País  España

Dirección Carla Simón

Guion Carla Simón, Arnau Vilaró

Música Andrea Koch

Fotografía Daniela Cajías

Reparto  Jordi Pujol Dolcet, , , , , , , , 

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