IR A CRITICA DE CINE
Florentino no pierde la esperanza
  Este amor no es sólo para los tiempos del cólera, es para todas las épocas. De existir la eternidad se diría que éste es un caso de amor eterno.
El amor en los tiempos del cólera es una historia de intensas pasiones reprimidas donde el amor y el paso del tiempo son los protagonistas. Está basada en la novela de Gabriel García Márquez y como es característico en este autor apela a la memoria para hacer desaparecer el tiempo, para hacer que fluya sin tener la sensación de que haya pasado, como si todo sucediera en tiempo presente: la realidad que se transforma es lo anecdótico, como la naturaleza, pero los sentimientos permanecen idénticos en todo momento.
La película empieza la misma tarde del entierro del marido de la "Julieta" de esta romántica historia caribeña. Se presenta en su casa un octogenario "Romeo" para decirle a la viuda con aire acongojado: "He esperado durante 51 años, 9 meses y 4 días que ocurriera este momento para venir a pedirle que se case conmigo". Con estas palabras todo el suspense que podía tener el argumento queda totalmente desvelado de golpe. Pero es que a Mike Newell no le interesa el suspense sino contar la bonita historia que imaginó G.G.M. Lo que nos va a relatar a partir de ese momento es cómo ha sido la vida de esa mujer, llamada Fermina Daza, que se casó joven con un prestigioso médico de la ciudad y cómo ha sido la penosa espera de su enamorado galán, llamado Florentino Ariza, durante más de medio siglo. A G.G.M. se le ha encasillado bajo la etiqueta del "realismo mágico". Realismo sí tiene, pero no es mágico, la magia está en los sentimientos de cada uno que Newell ha interpretado con acierto.
La película cubre períodos muy largos de la vida de estos dos enamorados, pero gracias a la atemporalidad creada en la obra en ningún momento se produce nostalgia por algo que ya ha terminado, más bien lo que hay es añoranza por el futuro: por un futuro que cada día se confirma que no es como se desea que fuera aunque pudiera serlo. Florentino no perdió la esperanza durante 51 años de que al fin sucediera.
Mike Newell desarrolla cinematográficamente este planteamiento literario de forma exquisita, tanto en los diálogos como en las imágenes. Es una historia que estuvo muy bien contada por G.G.M., que ha sido inevitablemente abreviada pero certeramente recontada por Newell. El magnífico guión se debe a Ronald Harwood, quien ganó el Oscar al mejor guión adaptado en 2002 por "The pianist".
La acción se desarrolla en Cartagena de Indias, en Colombia, a principios del siglo XX, los paisajes son verdaderos cuadros de época, aunque por momentos se deslice peligrosamente hacia la estética de "Lo que el viento se llevó". Afortunadamente sólo ocurre en algunas secuencias que no llegan a malograr la atmósfera de puerto caribeño perfectamente recreada.
La caracterización de Javier Bardem es magnífica aunque su interpretación sea por momentos monótona. Se echa de menos un poco más de ese humor rotundo y a veces brutal propio de las novelas de G.G.M. La actuación de la madre de Florentino aquejada de alzheimer recuerda a la Giulietta Masina de La strada.
A lo largo de las dos horas largas que dura la cinta se dan en Florentino tres formas de ternura, la del joven romántico, la del hombre apenado y la del anciano que no se resigna a perder a su amada; en el fondo es el mismo sentimiento de ilusión y desamparo que le ha durado toda la vida. Cosa que no le ha impedido vivir intensamente aventuras con otras mujeres en relaciones esporádicas que ha ido apuntando cuidadosamente en una libreta. Cuando un amigo le pregunta intrigado por su éxito en conquistas amorosas, responde: "es que me ven tan desvalido, notan que necesito amor". Pero este Romeo de Cartagena de Indias necesita exclusivamente el amor de Fermina que es la única que no se lo puede dar porque está casada.
Toda la obra de G.G.M. pone en evidencia el valor de la palabra, ya sea la emitida escuetamente por un telégrafo o la manuscrita en una carta. A veces, la palabra no sólo sustituye la presencia física del ser amado, sino que significa más que su proximidad física. Para Florentino, saber que Fermina leía sus cartas y que a veces se conmovía leyéndolas significa más que si hubieran estado juntos. Todos hemos tenido esa sensación y ese consuelo alguna vez.
Es una versión criolla, llena de imaginación y colorido, del angustioso y eterno tema del amor, que termina idílicamente en el río Magdalena.
Lo turbador de esta historia es que Gabriel García Márquez declara que él no ha puesto en ella nada de su imaginación, que es real, que lo único que hizo fue tomar nota de los acontecimientos que se produjeron entre estos dos amantes separados, recabando información de todos los que de alguna manera los conocieron. Sólo la adornó con su fabuloso universo literario. G.G.M. ha declarado muchas veces que es su mejor novela, que contiene la esencia de su literatura y que por ella lo recordarán. Mike Newell no la ha desvirtuado, tiene mucho mérito haber sabido captar la esencia de una novela tan extensa y tan rica en sugerencias y haber llevado a la pantalla lo fundamental: el amor.
Leopoldo de Trazegnies Granda
EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA TITULO EN INGLÉS: Love in the Time of Cholera
AÑO: 2007
DURACIÓN: 139 min.
PAÍS: USA
DIRECTOR: Mike Newell
GUIÓN: Ronald Harwood (basado en la novela de Gabriel García Márquez del mismo título)
MÚSICA: Antonio Pinto (Tema: Shakira)
FOTOGRAFÍA: Alfonso Beato
REPARTO: Liev Schreiber, Javier Bardem, John Leguizamo, Laura Elena Harring, Benjamin Bratt, Catalina Sandino Moreno, Hector Elizondo, Ana Claudia Talancón, Giovanna Mezzogiorno, Angie Cepeda, Alicia Borrachero, Fernanda Montenegro, Unax Ugalde
PRODUCTORA: New Line Cinema / Stone Village Pictures
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