Andalucía
de Basilio Martín Patino
En estos días de primavera se está proyectando en los cines de Sevilla la película Andalucía que por error la han anunciado en algunos casos como "Andalucía, un siglo de fascinación" cuando éste es el título de una serie de documentales realizados por Basilio Martín Patino para la televisión que no tienen nada que ver con la película que exhiben.
La película Andalucía del director franco-senegalés Alain Gomis es una indagación sobre la identidad de los inmigrantes árabes en Francia, una buena película que utiliza a Andalucía como mito, pero que está muy lejos de la obra del autor salmantino de "Siete cartas a Berta
".DESDE LO MÁS HONDO
¿Se puede encontrar buen cante flamenco en Japón? Hace unos años también podríamos habernos preguntado si podía existir buena poesía andaluza en Nueva York y Lorca la encontró. La pregunta viene a cuento ante el hallazgo en Japón de unos cartuchos de estaño de más de un siglo de antigüedad con la voz de Silverio Franconetti cantando por seguiriyas. De esta manera empieza el documental dedicado al legendario cantaor sevillano. Es una obra de gran duración dirigida por Basilio Martin Patino dividida en siete capítulos que actualmente está emitiendo Canal Sur 2 los lunes muy tarde por la noche, casi en la madrugada del martes:
El grito del Sur: Casas Viejas (62 minutos) Ojos verdes (91 minutos) El jardín de los Poetas (70 minutos) Paraísos (79 minutos) Desde lo más hondo I: Silverio (68 minutos) Desde lo más hondo II: El Museo japonés (72 minutos) Carmen y la libertad (102 minutos)
En el episodio del 16/6/2008, Desde lo más hondo, Martín Patino utiliza los cartuchos parlantes con la voz de Franconetti, supuestamente hallados en Japón, para provocar una polémica sobre la esencia o la autenticidad de lo andaluz. ¿Sigue transmitiendo lo mismo el cante flamenco grabado en medios electrónicos o es un arte que sólo admite ser escuchado en directo? Al igual que existe la "ciencia-ficción", Patino ha inventado la "música-ficción", y se vale de ella para mostrarnos aspectos insólitos de la sensibilidad andaluza entrelazada con tecnología punta japonesa.
Silverio Franconetti podría ser para Patino como un heterónimo de Antonio Machado, un Juan de Mairena que le sirviera para dialogar con el espíritu andaluz, sin embargo Silverio fue una persona de carne y hueso que nació probablemente en 1831. Era hijo de un oficial italiano de la Guardia Valona destacado en Sevilla y de Concepción Aguilar natural de Alcalá de Guadaíra y se destacó por crear un estilo propio dentro del cante hondo. En las fotos Silverio muestra una testa de rudo mentón aparentemente más irlandesa que romana y sin embargo fue un flamenco íntegro reconocido por todos como uno de los grandes. El descubrimiento de los cartuchos de estaño japoneses no debería causarnos mucho asombro porque se sabe que Tomás Alba Edison grabó a Franconetti en los cilindros de su invención que expuso en la Exposición Universal de París de 1889. La voz sin cuerpo del cantaor sevillano atravesó los hierros de la recién levantada torre Eiffel para asombro de los visitantes. ¿Se trata de los mismos rodillos encontrados ahora en Japón?
Eitkichi es un empresario japonés apasionado por Andalucía. En Tokio ha montado su imperio de música española. Entre otras cosas dirige una fábrica de guitarras flamencas clonadas de los talleres de luthiers del Albaicín granadino, también un museo del cante, tablaos, academias de danza, etc. Pero el proyecto más ambicioso de su industria es el de sintetizar voces humanas en el ordenador para que los PC's canten por soleares como Franconetti o Chacón para escándalo de muchos aficionados. Eitkichi declara sentirse un Frankstein dedicado a perfeccionar el cante hondo de sus máquinas parlantes, o mejor dicho cantantes.
¿Los rodillos de Franconetti encontrados en Japón son entonces una impostura de Eitkichi? ¿O son el primer producto de sus máquinas flamencas? El industrial japonés no se detiene en sus innovaciones. Su última creación son los vídeos flamencos de "realidad virtual" donde podemos oír e interactuar con el propio fantasma de Franconetti.
La polémica generada entre los entendidos es si de esta manera se está desvirtuando el cante o si por el contrario el plagio tecnológico no es otra cosa que un moderno homenaje al antiguo arte andaluz de expresar sentimientos y demuestra de esta manera la universalidad del flamenco.
El pretexto le sirve a Basilio Martín Patino para hablar del espíritu andaluz. Este salmantino es uno de los poquísimos directores de cine nacidos al norte de Despeñaperros que lo han sabido interpretar. Andalucía no es tierra fácil ni para los propios andaluces, no es fácil traspasar la riqueza de sus tópicos, esa superficie folklórica que distorsiona la visión en profundidad, no es fácil captar su arte intangible, los silencios de su música, sus pasiones secretas, su serena filosofía... Cada uno de los capítulos de Andalucía, un siglo de fascinación, nos acerca a ese fecundo arte del "saber estar" andaluz.
PARAÍSOS
En este capítulo Martín Patino nos expone una Andalucía que es espejismo de felicidad para utópicos. En la antigüedad lo fue para romanos que venían a la Bética buscando un Olimpo terrenal, a encontrar buen vino y Minervas como diosas humanas que les hicieran la vida más llevadera. Luego los árabes entraron por el Guadalquivir hasta las sierras de Córdoba y Granada como en un jardín, deslumbrados por el brillo y los sonidos del agua de la que carecían en sus áridas tierras de origen. Y en los siglos XVIII y XIX lo hicieron viajeros románticos del norte de Europa que huían de la Revolución Industrial ansiosos de encontrar una vida bucólica que les devolviera sentido a sus vidas. Andalucía fue siempre el paisaje ideal para todas estas fantasías de felicidad.
Entre estos últimos estaban los socialistas utópicos seguidores de Robert Owen y Charles Fourier. Todas sus comunidades idílicas llamadas "falansterios" constituídas como "granjas hippies" modernas terminaron desastrosamente, pero el fracaso no les quita la grandeza idealista del intento.
Este flujo de idealismos hacia Andalucía no se ha detenido, los más recientes han sido figuras como Gerald Brenan u otros menos conocidos como Jorge Bonsor o el contemporáneo y polémico irlandés Ian Gibson, siempre movidos por los mismos sentimientos de convertir las Alpujarras granadinas o Los Alcores sevillanos en sus particulares paraísos terrenales.
Basilio Martín Patino reúne a una serie de artistas, arquitectos, sociólogos... grupo de personajes heterogéneos, verdaderos o falsos, para discutir un nuevo proyecto de Ordenación Urbana en las sierras de Cádiz basado en las experiencias anteriores, reales o inventadas. De lo que se trata es de huír de las modernas aglomeraciones urbanísticas y dedicar el máximo del tiempo al ocio en una moderna comunidad que se llamará "Comunidad Libre de la Sierra de Ronda". Entre los que toman parte en estas Jornadas ficticias se encuentra una supuesta socióloga suiza Dominique Laval, posteriormente directora de un gimnasio en la lujosa urbanización de Sotogrande, Helmut Werner (homónimo del ex presidente de Mercedes Benz) catedrático de antropología en la universidad de Princeton, y otros personajes de ficción mezclados con personas reales como el catedrático de la universidad de Sevilla Antonio Miguel Bernal que explica la situación histórica del falansterio de Tempul de Jerez de la Frontera. Patino se vale de algunos actores para dar vida a sus creaciones virtuales, como Reginald Shave, que representa con un alto grado de credibilidad al anciano altruísta Jonás Marshall. La combinación acrecienta el aspecto surrealista de tan ilusorios propósitos.
Entre los fantásticos intentos fallidos de paraísos terrenales andaluces, además del falansterio de Tempul mencionado, se habla del "Humanisferio" de Río Tinto supuestamente patrocinado por el magnate Jonás Marshall y del Monasterio del Cuervo. El primero, una especie de Institución Libre de Enseñanza en plena naturaleza imbuído de los principios socio-arquitectónicos de Gropius y el segundo como un convento laico para desarrollar una vida apacible lejos del mundanal ruido dedicándose sus moradores en exclusividad al arte y al placer de vivir ociosamente.
Andalucía ha abonado históricamente las tentaciones de felicidad individual o colectiva. ¿Qué fueron si no los pueblos de La Luisiana, La Carolina y La Carlota fundados por Pablo de Olavide en el siglo XVIII con familias alemanas y francesas que se trasladaron a los campos andaluces como si vinieran a la Tierra Prometida? ¿Y qué fue si no el episodio de "Casas Viejas" durante la II República? Este pueblo borrado del mapa bajo el nuevo nombre de Benalup de Sidonia no fue otra cosa que un intento de comunidad libertaria. ¿No es acaso la Costa del Sol y Gibraltar una Arcadia para los jubilados de la Europa industrial?
El falso y sugestivo documental de Patino termina, como era previsible, con el fracaso del proyecto de la "Comunidad Libre de la Sierra de Ronda", último intento, por ahora, de recogimiento feliz en la arcadia andaluza.
Leopoldo de Trazegnies Granda (2008)
FUENTES:
La realidad como estilo. Los límites de la representación en Andalucía, un siglo de fascinación.
Autor: Alberto Nahum García Martínez
(Universidad de Navarra)
albgarcia@unav.es
http://www.grupo.us.es/grehcco/ambitos_16/03nahum.pdf