Soy español y estoy orgulloso de Francisco Franco y de Paul Gasol y de Salvador Dalí. Estoy orgulloso de todos mis compatriotas, aunque uno haya sido un militar felón genocida y otros buenos deportistas o artistas. Ma da igual.

No soy conservador, ni monárquico, ni católico... adivinen qué soy ¿de izquierdas o de la ultra derecha? Me da igual, soy español y me solidarizo con sus asesinos, ladrones, deportistas y pintores ¡siempre que sean españoles!

La izquierda ha regalado los sagrados símbolos de la patria a la derecha que se los ha apropiado, aunque suene a contradicción. Los de izquierdas quieren ser daneses o venezolanos: "no hay nada más español que no querer serlo". Yo no, yo no quiero ni aprender inglés. Yo quiero ser sólo español, luego no me siento español, aunque esto también suene a contradicción.

Concluyendo: los más (y musho) españoles son los ciudadanos que no desean ser españoles, como los independentistas. Yo no soy catalán ergo no soy español. Pero como decía Fraga, cualquier metro cuadrado de una calle de Tarragona es tan mío como de los tarraconenses ¡hasta allí podíamos llegar! ¡no saben con quién están hablando!

Viajo en una nave llamada España con gente tan buena o tan mezquina como yo mismo. Yo también hubiera podido ser Franco y provocar una guerra y matar a muchos de mis paisanos. También hubiera podido ser Dalí, o Picasso, aunque esto lo veo más difícil. Pero lo niego, porque ser español y estar de acuerdo con los demás no es de españoles bien nacidos.

Para que se enteren: soy español porque estoy de acuerdo con Giovanni Pico de la Mirandola. ¿Ya lo han entendido?

Y no quiero cambiar a España porque España es así y debe seguir siéndolo... en todo caso cambiaría yo, pero a España jamás. Confieso que mi ideal nacional es que no cambie nunca y mi frustación es que en el devenir de los siglos España haya cambiado, haya evolucionado, para nuestra desgracia. Debería seguir siendo la España visigoda de Witiza. Lamentablemente no pudo ser, no la pudimos preservar de todos estos progresistas de tres al cuarto.

Declaro mi alegría de sentirme un español de siempre donde los haya ¡viva don Pelayo!