EL GUERNICA ETARRA
por Juan Manuel de Trepa
Lo que ha quedado meridianamente demostrado en el vídeo etarra es que los terroristas tienen peor gusto que mi abuela. Colgar el adefesio del Guernica en la pared es más cursi que mi abuela que colgaba el bajorrelieve de La Última Cena en el comedor.
El Guernica no tiene ningún significado, igual que La Última Cena. A Picasso se la sudaba el bombardeo de Guernica y a Leonardo Da Vinci la pasión de Cristo. Para rematar su horterada Picasso pintó dos órganos genitales masculinos en su obra. Y en La Última Cena Leonardo pintó a un homosexual insinuándose a Cristo. Está claro que los artistas son unos cachondos mentales.
Yo, como entre otras cosas, soy experto en Arte, descubro el fraude. No es la primera vez, ya lo hice en mi novela
"La tempestad" donde me harté de describir órganos genitales ¡igual que Picasso!
COMO LLEGAR A LA EUTANASIA INFANTIL
por Fernando Checo
Cuando el Parlamento de Bélgica, uno de los países que menos respetan los Derechos Humanos como es sabido (al igual que Costa de Marfil y Sudán) aprobó esta semana la eutanasia infantil me avergoncé de la condición humana.
Y me asaltó un temor irrefrenable:
que esto se extienda a Holanda como la peste y de allí a Gran Bretaña, luego a Alemania y Francia y que al fin nos llegue a nuestra católica España baluarte de los dogmas cristianos más puros.
Si los europeos desprecian la vida humana como los nazis nosotros no tenemos por qué seguirlos. No nos hacen falta para nada. Hemos estado aislados de Europa más de 500 años para que ahora tengamos que reconocer el aborto como un derecho de las madres a negarse a tener hijos no deseados; o el matrimonio gay como si dos hombres tuvieran capacidad para amarse. Y por último la eutanasia, como si los niños no pudieran aguantar los sufrimientos espantosos de ciertas enfermedades irreversibles en una tortura natural que no tiene otro objeto que esperar a que se los lleve Dios, angelitos.
Esto de la eutanasia debe ser cosa de judíos y masones, como siempre. Para nosotros no existe la posibilidad de renuncia. A las mujeres hay que obligarlas a tener hijos aunque no lo quieran, son reproductoras, a los gay hay que "curarlos", son enfermos, y a los seres humanos, niños y adultos desahuciados que esperan la muerte padeciendo dolores insoportables hay que obligarlos a sufrir, perdón, a vivir.

HAGAN BUEN CINE Y DEJEN DE DAR LA LATA
por Luis Ventosidades
Las películas españolas te entretienen pero no te dejan poso alguno. Al salir del cine sólo recuerdas las palomitas del vecino o la parejita que se pegó el lote en el asiento de atrás, perdonen, pero es que yo soy muy "fijón".
Qué diferencia con el cine italiano. "La gran belleza" por ejemplo nos cuenta una historia original e inteligente de vida nocturna, frustraciones urbanas, con galán maduro de cigarro y whisky, como Dios manda.
En cambio en España no hay directores como los italianos. A lo mejor Isabel Coixet, los Trueba o Fernando Franco pero aparte de esos, nadie. Tal vez Emilio Aragón, J.L. Cuerda o Inés Paris, pero aparte de esos, nadie. Quizá Saura, Gonzalo Suárez o Basilio Martín Patino... pero aparte de esos, nadie. No sigo porque me pueden salir muchos que no confirman mi exposición. Ya saben, soy periodista, como el de "La gran belleza" y no voy a permitir que la realidad me estropee un buen artículo.
Actores y actrices tampoco tenemos a nadie. Bueno, a lo mejor Maribel Verdú, Javier Cámara o Carmen Machi, pero aparte de esos, nadie. Tal vez Antonio de la Torre, Ariadna Gil o Malena Alterio, pero fuera de esos, nadie. Quizá Mario Casas, Lola Dueñas, Candela Peña, Ángela Molina... pero fuera de esos, nadie. No sigo por las mismas razones aludidas más arriba.
Debo confesar que hace muchos años que no voy al cine, de allí que diga lo de las parejitas que se pegan el lote porque me han dicho que eso ya no ocurre, que ya han pasado las épocas de represión sexual y resulta un poco cutre buscar la oscuridad de las salas.
Por otro lado en España se hizo mucho cine de terror que es el que a mí me gustaba en la etapa de "las parejitas" y supongo que Wert, como yo, cree que se sigue haciendo y eso explicaría su "espantá" de la gala de los premios Goya.
Llevamos intentando matar el cine español desde que nació porque es democráticamente incontrolable, por tanto peligroso, desde siempre, piensen en Buñuel, Berlanga, Bardem, verdaderos terroristas contra el "statu quo" franquista.
Ahora ya no necesitamos la censura, ni perseguirlos, gracias al ministro Wert estamos a punto de darle la puntilla, subiéndoles el IVA, boicoteando sus premios y poniéndoles trabas de toda índole conseguiremos que nadie vaya al cine. O mejor dicho, que sólo vayamos a ver las grandes superproducciones norteamericanas y de vez en cuando una película europea premiada en algún festival extranjero, pero español ¡jamás! porque aquí no hay directores, ni guionistas, ni actores, ná de ná.