La mejor opción para el mundo entero es que gane las elecciones el candidato que sea capaz de devolver la ilusión a los norteamericanos.
Éste no puede ser otro que Mitt Romney. El candidato mormón transmite la máxima ilusión posible, que es el paraíso mormón después de la muerte.
Obama, preocupado únicamente en solucionar el hambre, la sanidad, la educación de sus compatriotas más desfavorecidos es digno del desprecio del candidato republicano que les ofrece "la vida eterna" en unión de su Profeta Joseph Smith y sus "santos de los últimos días". Para Mitt Romney el "sueño americano" es un sueño mormón.
Romney es el fanático religioso que necesita Occidente frente al fundamentalismo árabe, es el único que puede poner las cosas en su sitio, sin olvidar que el sitio del petróleo árabe es Estados Unidos de Norteamérica y de paso "mormonizamos" a esos bárbaros.
Mitt Romney ya lo anunció en su campaña: aumentará el presupuesto militar porque lo considera bajo. ¿Conseguirá este dinámico empresario mormón provocar la III Guerra Mundial?
LA BURBUJA DEL PARO
Alberto Gracia Reinas
"Llegamos a rechazar empleos por indignos cuando lo indigno es el paro del 35%"
Nos han hablado hasta el estrago (sic) de la pompa urbanística, de la financiera, e incluso de la política. Burdas mentiras jabonosas (sic), la culpa la tiene el trabajador.
La especulación urbanística no tuvo nada que ver con esta crisis, ni las hipotecas infladas, ni el despilfarro de las grandes empresas, la crisis se debe a que no queremos trabajar. Así de simple. Es mucho más cómodo cobrar los 400 euros del paro durante un año antes de conseguir un empleo estable de 1.500 euros. ¡Donde va a parar!
Es que vivimos demasiado bien sin trabajar, los 400 euros nos dan para pagar la hipoteca, el carrito de la compra, la gasolina del coche, los colegios privados de los niños, las cervecitas, sobre todo las cervecitas... Nos da para todo. ¿Para qué vamos a trabajar entonces?
Consideramos que limpiar W.C. es indigno, sobre todo si tenemos un título universitario que nos regalaron, o un simple bachillerato o nada más que la ESO, porque somos unos engreídos, estamos hechos unos tiquismiquis, por eso les dejamos esos trabajos a los inmigrantes.
Hay que cambiar de actitud. Por ejemplo, si a mí me echaran de este periódico como a tantos compañeros que están en la calle no me importaría nada que me volvieran a contratar para limpiar los W.C. ¡A lo mejor lo hago hasta mejor que escribir columnas infames!
RUBALCABA Y LA TAREA PENDIENTE
Carlas Guerrera
La búsqueda urgente del éxito y la falta de escrúpulos para conseguirlo son los mejores aliados para construir el camino hacia un melancólico fracaso. Aunque usted no lo crea eso no fue lo que puso en práctica Rajoy para llegar al gobierno. Fueron otros.
Si no, que se lo pregunten a Javier Arenas que lleva perdiendo cuatro elecciones y aún se arroga el derecho de dar consejos al presidente de Andalucía. No sabía que era difícil engañar al pueblo, y menos al andaluz que lleva más civilizaciones encima que las piedras de sus dólmenes.
El PSOE ha insistido en que su formación se parece sobremanera a España, lo cual resulta un grosero plagio de lo que opina el PP. El afán del partido de la gaviota en convertirla en águila imperial viene desde los tiempos de AP del exministro franquista Manuel Fraga.
Rubalcaba tiene tarea, mucha tarea pendiente. Debe contrarrestar todo el cinismo que despliega la derecha en desacreditar a su adversario. Rajoy se llena la boca automencionándose como el Presidente del Gobierno Español para después desaparecer y dejar que sus lacayos ventilen las corrupciones del gobierno anterior, olvidándose de las de su partido y de las comunidades donde trafica la gaviota. Así llegó al Poder y si algo se le debe reprochar a Zapatero es haber sido demasiado moderado con una oposición destructiva, catastrofista y cínica.
Pero hemos salido ganando. Desde que Rajoy llegó al gobierno todo ha ido a mejor, ahora hay menos paro (un 25 % nada más), han dejado de quebrar las Pymes, los bancos están saneados, se han aumentado los presupuestos de Sanidad y Educación, pagamos menos impuestos, el IVA se ha reducido, la gasolina nunca ha estado más barata y lo más importante: ¡nadie se queja!