LA NOVELA DE UN LITERATO (3 tomos)
Autor: Rafael Cansinos Assens Sevilla, 1882 - 1964.
Alianza editorial. Madrid, 2005.
GENIALIDADES LITERARIAS por Leopoldo de Trazegnies Granda
Rafael Cansinos Assens (Sevilla 1882 - 1964) no tuvo éxito en su tiempo a pesar de haber escrito magníficas novelas, ensayos y poesía. El mismo lo reconoce implícitamente en su enigmática obra "El divino fracaso" (1918), que editorialmente también fue un divino fracaso, pero no pareció importarle mucho. Su editor le decía: "Sus libros se venden poco y lentamente... Es una injusticia pero es así... Usted escribe para los exquisitos, que son una minoría... Yo le edito a usted por puro afecto...".
Pertenece a la generación flotante entre el 98 y el 27. Era un erudito heterodoxo, amante de los grandes novelistas rusos, estudioso del Islam y el judaísmo, políglota, se ganaba la vida como periodista del diario "La Correspondencia" y como traductor de clásicos extranjeros que eran más rentables. Cuando el joven J. L. Borges vino a España en 1919 y conoció a Cansinos Assens se quedó asombrado de su talento artístico ("He conocido a un hombre que sentía la terrible belleza en cada instante") y desde entonces lo consideró su maestro.
Paradójicamente su mejor novela es la que no escribió como novela pero que tituló "La novela de un literato" porque son sus memorias, precisas y divertidas, que tratan de las personas que conoció y con las que compartió juergas e ilusiones literarias. El escritor sevillano sabía perfectamente que la mejor novela era la propia vida. Este testimonio, fundamental para entender la bohemia española de principios del siglo XX, no llegó a publicarse hasta muchos años después de su muerte, en 1982. En "La novela de un literato" traza retratos precisos y conmovedoras anécdotas de escritores como Juan Ramón, los hermanos Machado, Valle Inclán, Galdós, Gómez de la Serna, Rubén Darío y toda su corte de modernistas entre los que él mismo se contaba.
Y se ocupa igualmente y con la misma emoción de algunos menos conocidos pero no menos importantes para la historia de la literatura española como el gran bohemio Alejandro Sawa, la misteriosa Colombine, el alcohólico Pedro Luis de Gálvez cabecilla de un grupo de hampones literarios, el sensual poeta adolescente Armando Buscarini, y muchos más, todos personajes singulares de las Letras de su época.
Pero también se ocupa de una variedad de sujetos turbios que pululaban entre las redacciones de los diarios y de las precarias editoriales a punto de quebrar. Rescato una curiosa caricatura de uno de ellos:
"Juan de Aragón, (...) se ha traído de Zaragoza en calidad de secretario y redactor-jefe a un joven y ya veterano periodista, que se llama Francisco Aznar, un hombre bajito, canoso, con grandes ojos cansados y tristes y bigote lacio, que anda un poco a lo Charlot, viste de negro y emplea unos modales protocolarios, reservados y cautelosos. Pepito comenta:
- Parece un empleado de la funeraria."Increíblemente es una descripción que se podría aplicar a otro tenebroso personaje contemporáneo apellidado de la misma manera. La literatura es como un mapamundi de la vida. Ante casualidades de este tipo uno se pregunta cómo se pudo negar alguna vez que el mundo era redondo, que el tiempo es cíclico y que en cada punto del universo está contenido el universo entero, como sugería Borges.
IR A LA PAGINA PRINCIPAL
IR A LA PAGINA DE CRÍTICA LITERARIA
PAGINA ACTUALIZADA EL 22/01/2021