He visto que hay quienes en una fecha como la de hoy piden rememorar el día del Alzamiento Nacional. ¿Para celebrarlo? ¿celebrar qué, el levantamiento del general felón contra el gobierno democrático?
Ante fechas nefastas y nefandas se debe guardar un ominoso silencio, de la misma manera que a nadie se le ocurre el día del cumpleaños de la abuelita recordar al sobrino que la asesinó y le robó el ajuar para disfrutarlo durante cuarenta años a vista y paciencia de toda la colectividad.
Supongo que estos nostálgicos de “la paz de los cementerios” establecida por el régimen del general Franco, son los mismos que han añadido a las dos Españas que se enfrentaron en 1936, una “Tercera España” virtual. Esta entelequia o “terra ignota” como decían los antiguos, es un invento que equivale a “zona franca” mental donde se puede colocar a conocidas figuras de uno y otro bando como si no hubieran tenido nada que ver con la guerra fraticida. Es un limbo histórico manipulable políticamente.
En ella incluyen a personajes de prestigio, como Ortega y Gasset, Unamuno, Antonio Machado, Juan Ramón, etc. etc. y ya en el colmo del delirio hay quien aboga por incluir a Azaña. Da la casualidad que todos los mencionados fueron perseguidos por la dictadura de Franco y Azaña fue nada menos que presidente de la II República Española durante la contienda. Aprovechando la confusión, muchos “políticos correctos a la violeta” temerosos de que se descubra su pasado familiar franquista intentan meter en el mismo saco a sus padres y abuelos para quedar limpios de partidismos en una España virginal tan falsa como sus discursos.
El colmo de la irresponsabilidad es atribuir los episodios históricos vergonzosos a dos bandos extraños a la sociedad española, como si fueran “otros” los que se hubieran batido en la guerra causando casi medio millón de muertos y que el resto de la población española hubiera permanecido perpleja viendo como “otros” se mataban entre ellos. Por el contrario, lo cierto es que no hubo más de dos Españas: la republicana por un lado y la golpista por el otro.
Es por todos conocido que lo primero que se debe hacer para superar los traumas es asumirlos. Mientras los dos bandos que representan a las dos Españas históricas no reconozcan sus errores políticos y sus horrores criminales no habrá terminado la Transición.
Es inútil buscar una Tercera España ficticia en el pasado, no nos engañemos, la Tercera España está por construir en el futuro y debe crearse por la fusión de las dos Españas reales. Ese día habrá desparecido para siempre esa fecha nefasta y nefanda del 18 de julio.