El caso Bankia es un ejemplo claro de las soluciones del "equipo técnico" de Rajoy.
Después de intentar recortar diez mil millones de euros en Sanidad para dárselos a Bankia (esperpento que se dieron cuenta a tiempo que iba a dejarlos ante la ciudadanía como una pandilla de sinvergüenzas, en el estricto sentido del término) han optado por hacer un contrasentido contable: ampliar el capital de Bankia con las deudas de la entidad.
Ampliar el capital de una empresa sin poner dinero encima es una triquiñuela de la llamada "ingeniería contable". Al convertir las deudas en capital lo que hacen es tirar al suelo las acciones de los accionistas. Es decir, quienes van a "repartirse" las deudas de Bankia son sus actuales accionistas que están viendo cómo el valor de sus inversiones se convierte en acciones basura.
Mientras tanto, el presidente de la entidad, Sr. Rato, próximo al actual gobierno del Partido Popular, en lugar de ser investigado por sus últimas decisiones, se va de Bankia llevándose 1,2 millones de euros para su disfrute personal (después de haberse llevado ya otros 2,5 millones de euros en concepto de sueldo).
(Sus predecesores tampoco tuvieron pudor al dilapidar el capital de Bankia, por ejemplo, compraron con el dinero de sus accionistas una mansión en la zona más lujosa de Miami por 650 millones de euros. Creo que al menos se les debería pedir una explicación).
Es realmente bochornoso. Los accionistas de Bankia tendrían derecho a salir a la calle a protestar por haber sido "legalmente estafados" por el gobierno.
Para colmo, esta manipulación contable salva las apariencias pero no dará ninguna tranquilidad a los Mercados, si es eso lo que pretende el gobierno, porque la situación financiera de Bankia sigue siendo exactamente igual a la anterior. La única diferencia es que de esta manera "blanquean" su precario balance.
Repito: bochornoso, digno de una banda de truhanes de guante blanco.