En la contienda socialista entre barones aburguesados, veteranos y no veteranos, y los militantes partidarios de Pedro Sánchez deseosos de un cambio del vergonzoso gobierno de la derecha al que hemos llegado, se dirime el futuro del PSOE.
Si gana Pedro Sánchez respaldado por la legalidad democrática y la militancia, tendremos un partido aún más democrático, más justo, más progresista, que detenga la codicia de la derecha política de este país.
Si ganan los adinerados burgueses que pernoctan políticamente en el partido y que no desean otra cosa que fortalecer al PP para que las cosas sigan igual y ellos continúen su enriquecimiento y prestigio personal de élite, en ese caso, se disolverían los conceptos básicos de justicia socialista en la mazamorra corrupta de la derecha y pasaría el partido socialista a ser un sucedáneo de la derecha más carca de Europa.
Los militantes tenemos que elegir, sin dejarnos robar por la oligarquía cavernaria la ideología por la que hemos luchado durante 135 años. Convertirnos en un partido sucedáneo del PP no convence a nadie, aunque nos intentaran sobornar con tarjetas black, puestos en la administración o prevendas empresariales en las multinacionales.
Pedro Sánchez lo ha explicado claramente en su comparecencia de hoy (30/9/2016). Los que han intentado dar el cutre golpe de régimen para saltarse el debate e imponer la abstención en la investidura de Rajoy, deben atenerse a las consecuencias de su traición. Roma no paga a traidores, ni el PSOE tampoco.