RESEÑAS DE OTRAS PELÍCULAS:
HISTORIAS Y VIDAS DIFÍCILES
Cuando la buena literatura se combina con buen cine el resultado es espléndido. Es lo que ha ocurrido en la película Los girasoles ciegos de José Luis Cuerda basada en el libro de cuentos homónimo de Alberto Méndez que fuera "guionizado" por el desaparecido Rafael Azcona. Es el mismo tándem que realizó La lengua de las mariposas, con la única diferencia que en aquella magnífica película el autor del cuento era el escritor Manuel Rivas y en esta es Alberto Méndez.
El argumento se basa en una de las historias del libro de Méndez, tal vez no la mejor, porque después de La Regenta de Clarín todo lo que se pueda decir de las relaciones entre un cura y una mujer casada es repetición, aunque en este caso sea un cura franquista en un contexto totalmente distinto. Trata de la familia de Ricardo, un intelectual republicano de izquierdas oculto en su propia casa, uno de los llamados "topos" en la posguerra que se vieron obligados a esconderse para no ser detenidos, juzgados y posiblemente fusilados en la España franquista. En la historia principal se intercala otro cuento del libro que trata sobre el destino de la hija del "topo" y de su pareja, un joven "poeta rojo", interpretado por Martín Rivas, hijo en la vida real del escritor gallego mencionado.
La película recrea la atmósfera truculenta de los años 40 sin hacer uso de estridencias, más bien mostrando una violencia sibilina, hipócrita, amparada por el abuso de poder de los vencedores, sean éstos militares o clérigos. Las víctimas son los miembros de la familia de Ricardo. Hubo muchos "topos" al finalizar la guerra, algunos de ellos resistieron hasta los años 60 en condiciones infrahumanas, escondiéndose en buhardillas de un metro de altura o en la oscuridad de sótanos inmundos. Sus vidas fueron un suplicio a cámara lenta y sus familias vivieron en una angustia permanente. El caso de uno de ellos, Ricardo, con su mujer Elena y sus hijos, una niña y un crío, es lo que nos muestra Cuerda en Los girasoles ciegos.
El segundo cuento imbricado en la película, la huída de la hija y su pareja, a mi parecer no aporta nada a la historia principal, más bien le resta fuerza al ser un drama de mucha intensidad pero de naturaleza distinta que bien podría merecer dedicarle otra película.
La interpretación de Maribel Verdú en el papel de "viuda" del "topo", la de Javier Cámara en el de Ricardo y la de Raúl Arévalo en el de curilla franquista, es extraordinaria. Pero también el trabajo del niño, el hijo pequeño del matrimonio republicano, Roger Princep que ya tuvo otra destacada actuación en El orfanato, es asombrosamente auténtico.
Tiene mérito haber traducido los cuentos de Alberto Méndez al lenguaje cinematográfico porque la fuerza de su literatura está concentrada en la palabra, en la palabra precisa y no en la descripción del entorno. En la obra de Méndez la palabra contiene todo el paisaje interior de los personajes y genera la forma exterior de la historia como una consecuencia involuntaria del pensamiento, a veces terrible. Convertir eso en imágenes no debe haber sido fácil.
José Luis Cuerda podría continuar su trabajo llevando a la pantalla el que me parece el mejor cuento del libro de Méndez, el que trata de "un soldado que ganó y perdió la guerra al mismo tiempo", lo que constituiría una magnífica trilogía.
Leopoldo de Trazegnies Granda
LOS GIRASOLES CIEGOS Dirección: José Luis Cuerda.
País: España.
Año: 2008.
Duración: 98 min.
Género: Drama.
Interpretación: Maribel Verdú (Elena), Javier Cámara (Ricardo), Raúl Arévalo (Salvador), Roger Princep (Lorenzo), Irene Escolar (Elenita), Martín Rivas (Lalo), José Ángel Egido (rector).
Guión: Rafael Azcona y José Luis Cuerda; basado en la novela de Alberto Méndez.
Producción: Fernando Bovaira, José Luis Cuerda y Emiliano Otegui.
Música: Lucio Godoy.
Fotografía: Hans Burmann.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección artística: Balter Gallart.
Vestuario: Sonia Grande.
Estreno en España: 29 Agosto 2008.