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EL HOMBRE Y LA VIDA
AUTOR: Jean Rostand (Marsella, 1894-1977)
(Fondo de Cultura Económica. México, 1974)

         
AFORISMOS

Toda la dignidad del hombre está
en atreverse a ver de frente una verdad indigna de él.

No puedo llegar a creer que muerto
se esté más muerto que cuando se está dormido.

Este grave filósofo sabe bien que la vida
es una despreciable farsa; pero este bufón no duda
de encontrar en ella una grandiosa aventura.

De grado o por fuerza, se vive de lo que se niega.

La falsedad de una idea no puede impedirle el ser bella
y hay ciertos errores tan ingeniosos, que lamentaríamos
que no figurasen en los pasos del espíritu humano.

Lo grave no es decir tonterías,
sino decirlas en nombre de principios.

Cibernética: el hombre es más apto para imitar
el pensamiento que para imitar la vida.

Sería bastante fácil ser escritor
si para ello no se necesitara sino corazón, habilidad y descaro.

Saber observar como extraño nos ayuda a ver como artista.
Lo que nos enajena nos inspira.

La abundancia es a veces
el único recurso de los que no tienen nada que decir.

Grandes desniveles en el espíritu,
crean el desequilibrio propicio al genio.

Leería las memorias de un hombre para saber lo que no ha sido.

El que pone demasiado de su vida en su literatura,
con frecuencia pone demasiado de su literatura en su vida.

¿Vale la pena cuidar a tal grado su transparencia
para gente que tiene los ojos empañados?

Cuántos ruidos inútiles debe hacer un hombre
para llegar hasta un corazón secreto...

Desconfiemos del que se abstiene de tener lo que merece;
él se recompensa de otra manera.

Después de cada infortunio
se efectúa en nosotros como una extraña muda del alma.

No se puede amar con perfección
sino lo que se ha perdido para siempre.

No son las bajezas de los hombres las que son innobles,
sino la forma en que saben hacérselas perdonar.

¡Cuánto es necesario desechar de sí para seguir siendo uno mismo!

Yo no desearía un paraíso
en el que no tuviera el derecho de preferir el infierno.

Mi tendencia natural es ir en contra de la corriente:
como ciertos insectos acuáticos, yo tengo el "reotropismo" negativo.

Al servicio de ideales siempre más elevados,
se diría que los hombres se envilecen siempre más.

Rehúso discutir
con los que siento menos sensibles a la verdad que yo.

Nuestra psicología se construye sobre pocos seres:
elegid bien al que se ama o al que se odia.

El altruismo es a menudo una coartada.

A los que hemos resuelto amar, nos hagan lo que nos hagan,
no nos queda sino amarlos aún más si estamos a punto de odiarlos.

Dos cosas ciertas:
cada día se vuelve uno más inteligente y ama mejor a los que ama.

Neotenia humana:
el que en la edad madura conserva aún ciertas ilusiones,
hace pensar en esas salamandras mexicanas que,
hasta en la edad adulta, conservan las branquias del estado larvario.

Se cree uno feliz cuando cree dirigirse hacia lo que cree amar.

Claudio Bernard decía al morir: no me lamento de sufrir sino de sufrir inútilmente... Así podría decir la humanidad.

Desprecio al mundo como hacen los que añaden algo a él;
pero yo no le añado nada.

Estamos frustrados en nuestra carne
de todo lo que ha soñado nuestro espíritu.

Soledad humana:
nuestro orgullo tiene la misma fuente que nuestra angustia.

Ser adulto es estar solo

El genio tiene virtudes de catálisis:
permite que se realicen en frío ciertas operaciones espirituales
que exigen, de ordinario, las altas temperaturas de la pasión.

Me encanta encontrar en un libro de notas
la unidad de un espíritu y el desorden de un cerebro.

Tratad de no quitar el gusto de la palabras con las frases.

Al escribir una frase no sabríamos prever lo que más tarde,
al releerla, encontraríamos de ella al releerla.

Se ve a algunas personas equivocarse en la admiración
hasta el grado de alabar en una obra la materia
de la que ella pretende ser el antídoto.

No se puede admirar mucho tiempo
sino lo que se admira sin saber porqué.

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PAGINA ACTUALIZADA EL 26/7/2003