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Estrenos de cine

La vida secreta de las palabras

Título en inglés: The secret life of words
Dirección y guión: Isabel Coixet.
País: España.
Año: 2005.
Duración: 122 min.
Género: Drama.
Interpretación: Sarah Polley (Hanna), Tim Robbins (Josef), Javier Cámara (Simon), Sverre Anker Ousdal (Dimitri), Eddie Marsan (Víctor), Steven Mackintosch (Dr. Sulitzer), Eddie Marsan (Victor), Julie Christie (Inge), Daniel Mays (Martin), Dean Lennox Kelly (Liam), Danny Cunningham (Scott).
Producción: Esther García.
Producción ejecutiva: Agustín Almodóvar y Jaume Roures.
Fotografía: Jean Claude Larrieu.
Montaje: Irene Blecua.
Dirección artística: Pierre-François Limbosch.
Vestuario: Tatiana Hernández.

Un océano de tristeza

          Es en Eros y en Tánatos donde Isabel Coixet indaga con cada una de sus películas: los dos ejes que desequilibran el mundo. En "La vida secreta de las palabras" enfoca directamente la agonía de los sentimientos, el sufrimiento moral, que normalmente se soporta peor que el dolor físico. Las cicatrices morales duelen durante toda la vida, las otras con el tiempo curan.

          La acción se sitúa en el mar, en una plataforma petrolífera a punto de ser abandonada. Sólo queda en ella un puñado de hombres, uno de ellos grave por las quemaduras de una explosión reciente. Este microcosmos y la llegada de Hanna para cuidar al herido, le bastan a Isabel Coixet para mostrarnos con toda intensidad los sentimientos humanos en situaciones límite.

          Hanna no es una enfermera corriente, es una extranjera que arrastra una historia terrible, las secuelas recubren su personalidad como un manto de hielo. Después de haber sufrido la indignidad del género humano sólo puede oponer el silencio.

          Josef, el hombre herido y temporalmente ciego, no se queja de sus quemaduras, casi se diría que las desprecia con cierto humor, le remuerde el recuerdo de la traición cometida a su mejor amigo que terminó suicidándose.

          En la pareja protagonista, el secreto de los silencios, la ternura interior, la caricia sugerida, la complicidad en el dolor, la ironía desgarrada, les conducen inevitablemente al amor. Así es como Eros logra derrotar delicadamente al frío Tánatos, que es lo mismo que decir que mediante un presente pleno de comprensión se difumina, aunque no se borre, el pasado por absurdo y atroz que fuera.

          Borges decía que hay versos malos que son imprescindibles en el poema porque destacan lo bueno de los siguientes. En la película de Isabel Coixet hay algunos versos malos que sirven para resaltar la auténtica realidad de la historia. Cuando Hanna se niega a que Josep la siga le dice dramáticamente: "Un día puedo romper a llorar y llenar la habitación de lágrimas y morirnos los dos ahogados". Hanna no tiene porqué ser Gabriela Mistral, expresa su tristeza de la forma más poética que puede hacerlo una chica inmigrante de la antigua Yugoslavia que trabaja como obrera textil. La poesía de la película no radica en lo que dicen las palabras, sino justamente en lo que ocultan.

          "La vida secreta de las palabras", bellísimo título, nos abre una ventana hacia las emociones personales, y también denuncia las atrocidades del mundo en que vivimos, el abuso, la tortura, que se practica a vista y paciencia de la comunidad internacional sin que tenga consecuencias. La directora de una organización de ayuda a los refugiados nos recuerda que Hitler reunió a sus altos mandos antes del holocausto, probablemente con la intención de tranquilizarlos, y les preguntó: "¿Quién se acuerda hoy en día del genocidio armenio? Nadie, a nadie le importa que hace pocos años eliminaran a más de un millón de armenios". No es extraño por tanto que la película esté dedicada a ese destacado luchador por los derechos humanos que es John Berger.

NOTA: La cartelera de cine está siempre llena de aventuras estridentes e intrascendentes. Esta película magnífica pasa por las pantallas haciendo menos ruido que las aves en la niebla del mar del norte donde se desarrolla la acción. Es un ejemplo más de cómo las distribuidoras perjudican al buen cine español en favor del mediocre y bullanguero cine americano.

Leopoldo de Trazegnies Granda

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PAGINA ACTUALIZADA EL 14/12/2005