Ir a la página principal

          Esta película podría tener un interés especial para los aficionados al cine porque pertenece al grupo Dogma-95 nacido en los países nórdicos aquel año y del que tenemos pocas oportunidades de conocer su trabajo, ya que a la cartelera española sólo llega en muy raras ocasiones el cine europeo actual. El insólito estreno de esta obra de la danesa Lone Scherfig tal vez se deba a que el actor Jamie Sieves fue premiado en Valladolid/2003.

          Dogma-95 se propuso aprovechar la última tecnología de vídeo digital para crear películas de bajo costo, eliminando todo lo artificial, los focos, la música de fondo, los tinglados técnicos y hacer de esa manera cine-verdad. Lo que se ve en la pantalla es lo que ocurre en la realidad, sin ningún tipo de maquillaje. Resultado: la cámara se humaniza, se convierte en los ojos del espectador.

          La idea es atractiva. Se democratiza la creación cinematográfica, cualquiera puede, cámara en mano, hacer cine libremente. Pero simplificar los medios técnicos no garantiza la calidad de la obra. Hace falta una historia que nos diga algo y saber contarla con imágenes.

          Wilbur se quiere suicidar aparentemente agobiado por los remordimientos de la muerte accidental de su madre durante su infancia, aunque en ningún momento lo manifieste. En realidad se comporta como el clásico egoísta emocional que trata de acaparar hasta el más mínimo afecto que detecte a su alrededor, y para conseguirlo es capaz de intentar matarse las veces que sea necesario, aunque siempre sin éxito, y de chantajear sentimentalmente a todo el que se le acerque. Wilbur es un ser infantil, tiránico, que aspira a ser consentido, y en la mayoría de los casos lo es, sin dar nada a cambio. Se encuentra bajo tratamiento psicológico por su tendencia compulsiva al suicidio.

          El resto de personajes, su hermano que actúa prácticamente como su padre, la mujer que aparece en sus vidas, la hija de ésta, se mueven en la atmósfera morbosa que genera Wilbur, sin llegar a expresar directamente sus sentimientos; presenciamos únicamente las consecuencias de sus silencios. La película trata pues de la soledad, que en el norte parece más triste. Hay poca comunicación, alguna con cierto humor inglés, como cuando después de uno de los intentos fallidos de suicidio, que casi culmina con éxito, su hermano, que sí se encuentra realmente al borde de la muerte con una pancreatitis fulminante, le pregunta qué se ve cuando uno se muere y Wilbur le responde "todo está muy oscuro, es como si vivieras en Gales". Ellos vivían en Escocia, que para el caso es lo mismo.

          Es una película depresiva, de la que se sale como si en la oscuridad le hubieran llenado a uno los bolsillos con piedras.

Leopoldo de Trazegnies Granda

Título original: Wilbur begår selvmord
Dirección: Lone Scherfig
Género: Drama
Producción: Zentropa Entertainments
Guión: Lone Scherfig y Anders Thomas Jensen
Fotografía: Jørgen Johansson
Interpretes: Jamie Sieves, Adrian Rawlins, Shirley Henderson, Lisa McKinlay, Mads Mikkelsen, Julia Davis, Susan Vedlev

RESEÑAS DE OTRAS PELÍCULAS: